Muchos piensan que este tipo de personas son insensibles que no sienten nada ante las dificultades que se les presenta (muerte de un ser querido, economía por el piso, problemas matrimoniales, problemas con los hijos, etc)
Estas personas son las que tienen un control sobre cada una de esas adversidades, regularmente logran sobreponerse y con el tiempo se adaptan a la circunstancia o problemas.
Siendo la resiliencia la capacidad de adaptación ante situaciones difíciles no es fácil, pues son personas que batallan en su interior, pasan por momentos difíciles tales como el estrés, batallas emocionales y alteración de genio.
Ninguna persona nace soportando desgracias o adversidades e la vida, Lo que forma a un resiliente, son sus conductas y maneras de pensar; es aprender a desarrollar un dominio propio sobre cada situación.
Si bien es cierto todo momento de angustia nos trae dolor, desesperación, llanto y muchos síntomas más de desánimo, tenemos que decir que tenemos que superar a eso.
Recuerda, que tú tienes un poder dentro de ti,
"Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza".
2 Timoteo, 1:7.
La persona resiliente se caracteriza por:
Aceptan los hechos (la realidad) como son. Son personas conscientes de lo que está sucediendo.
Su fe los lleva a creer que todo en la vida tiene un sentido de ser, que hay propósitos en lo que está sucediendo.
El resiliente, se preocupa por ser mejor cada día, vive en función de ser mejor.
Aprender de sus adversidades y experiencia pasadas, para visualizar un futuro en el que no se vuelva a repetir (cuando se trata de problemas).
Son personas que viven con mucho optimismo (realista), saben tomar control de sus vidas, ven más allá de sus ojos, pero sin ir a los ilusionismos o fantasías
En otras palabras: la persona resiliente es emprendedora, visionaria, capaz de buscar nuevas oportunidades para su vida, tiene más éxito en lo que emprenden o hacen,
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